En el nombre de la Santísima Trinidad, Padre
Hijo y Espíritu Santo, tres personas distintas y un solo Dios verdadero; y de
su gloriosa Virgen madre Santa María Señora nuestra : Estando en el asiento y
Valle de Jujuy, entre el Rio que llaman de Xivexive, y el Rio grande que viene
de la quebrada que dicen de los Reyes, términos y jurisdicción de esta
gobernación de Tucumán á diecinueve días del mes de Abril de mil y quinientos y
noventa y tres años el Capitán Don Francisco de Argañaras Teniente de
Gobernador de este dicho Valle y Provincia por su Señoría del Gobernador Don
Juan Ramírez de Velasco, Capitán General de estas Provincias de Tucumán, por su
Majestad en presencia de todo el Campo que trae de Vecinos y Soldados para la
dicha población, dijo : que como es notorio en estas dichas Provincias, el ha
bellido á este dicho Valle de Jujuy y asiento donde está con ella, a poblarla y
conquistar los naturales que están de guerra y revelados contra el servicio de
su Majestad para que su real corona vaya en acrecentamiento, y los dichos naturales
vivan en pulicia, y tengan doctrina y conocimiento de la palabra del Santo
Evangelio, y cosas de nuestra Santa fe Católica, y reciban el Santo Bautismo, y
cesen los robos, muertes y daños que hasta ahora han hecho y cometido,
impidiendo los pasos y caminos, y otros muchos inconvenientes de notable daño y
perjuicio para toda esta gobernación; especialmente para dar aviso a su Majestad
y a sus reales audiencias del Estado de esta tierra, lo cual se repara, y se
evitan estos dichos inconvenientes con esta población; y habiendo su merced del
dicho Capitán con la dicha, gente llegado a este Valle, y paseado lo y visto
curiosamente con todos los dichos vecinos y soldados y gente de guerra de esta
Provincia que trae en su compañía, cuál sería el lugar y parte más cómoda y
conveniente y mejor asiento de este dicho Valle para poblar la dicha Ciudad a parecido
a todos los que en su compañía vienen, habiéndolo bien visto, unánimes y
conformes dijeron: ser este asiento donde al presente están, él sitio más cómodo
y conveniente, y mejor asiento para asentar y poblar la dicha Ciudad; así por
la mucha abundancia de tierras fértiles, y para estancias, y sementeras, y
pastos, viñas, huertas de recreación, como por estar entre los dichos dos ríos,
donde se pueden sacar muchas acequias, y hacer Molinos, y prometer otras muchas
y buenas esperanzas. Por tanto su merced del dicho Capitán Don Francisco de
Argañarás conformándose con el parecer de todos mandó hacer, y se hizo un rollo
en este dicho asiento donde cerca de él estaba un palo puesto, y dijo : que en
nombre de la Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo tres personas y un solo Dios verdadero; y de
la gloriosa Virgen María Señora nuestra, su bendita madre, y del Apóstol
Santiago, luz y espejo de las Españas, y del bien aventurado Seráfico Padre San
Francisco, y en nombre de su Majestad como su Capitán, y de su Señoría del
dicho Gobernador Juan Ramírez de Velasco Capitán General en estas dichas Provincias,
por su Majestad, y como leal criado y Vasallo suyo y por virtud de la comisión,
poderes e instrucción que para ello de su Señoría, mandaba y mandó poner y puso
el dicho palo por picota en el dicho royo que así está hecho, el cual fue fijado
puesto en alto según y como se acostumbra hacer en las demás ciudades de esta gobernación,
y demás Reinos y Señoríos de su Majestad, en su real nombre con mero y mixto
imperio y entera jurisdicción donde dijo: que señalaba y señaló que fuese la
plaza pública de esta dicha ciudad, y el medio de la cuadra de la dicha plaza,
y que de hoy dicho día en adelante para siempre jamás se nombre y llame esta
dicha Ciudad San Salvador de Velasco en el Valle de Jujuy Provincia de Tucumán,
y que así se ponga en todos los autos y escrituras que se hicieren, y que en el
dicho rollo y picota se ejecute Justicia públicamente contra los delincuentes y
mal hechores; y mandaba y mandó que ninguna persona de ninguna suerte y calidad
que sea, no sea osado de quitar, mudar,
ni remover so pena de muerte natural y perdimiento de todos sus bienes,
aplicados para la cámara de su Majestad, y de ser habidos por traidores a su
real corona; y que la de la Iglesia
Iglesia mayor de esta dicha ciudad, sea su y ciudad nombre y advocación San
Salvador por cuanto hoy dicho día segundo día de Pascua la resurrección se ha
fundado y establecido esta dicha ciudad, y estando su merced del dicho Capitán
en este dicho asiento, echó mano a su espada, y haciendo las ceremonias acostumbradas
hecho tajos y reveses, y dijo en voz alta si había alguna persona que
contradijese el dicho asiento y jurisdicción, y no hubo contradicción de
persona alguna; lo cual dicha fundación y Ciudad dijo: que hacía e hizo con
cargo que aditamento, que si pareciere y se hallare todo asiento en mayor
comarca mas fértil, útil y provechosa para la dicha población y conversión de
los naturales, que se pueda pasar, trasladar, y mudar por su persona o por su Señoría
del dicho Gobernador, y por la persona que en nombre de su Majestad gobernase
estas Provincias, no quitándole el nombre o la dicha Ciudad ni a la Iglesia, ni
a nadie sus cuadras y Solares; y así en esta forma quedó fijado el dicho árbol
de justicia, y tomada la dicha posesión: todo lo cual que dicho es por mandado
de su merced del dicho Capitán, se leyó y apregonó públicamente en altas e
inteligibles voces por voz de Juan Quichoa ladino, y en señal de la dicha posesión
en nombre de Su Majestad, se dispararon arcabuses é otros regocijos que se hacen
en casos Semejantes, subiendo mucha gente a Caballo para el dicho efecto, y de
como así pasó su merced del dicho Capitán lo pidió por testimonio a mí el
presente Escribano para informar a su Majestad, y a sus reales audiencias y a
su Señoría; testigos que fueron presentes, el muy Reverendo Padre Juan Fonte
Rector de la compañía de Jesús de esta gobernación, y el Capitán Francisco de Venabente,
y Pedro de Godoy, y Juan de Segura, y Lorenzo de Herrera, y Juan de Herrera, y
Miguel García, y Marco Antonio, y Francisco Falcon, y Juan Mendes, y Bartolomé
de Caceres, y Gabriel García de Valverde, y Juan Manuel Galvan, y Juan Sandé, y
Antonio Lujan, y otros vecinos, y soldados que presentes se hallaron de esta
Gobernación, y su merced lo firmo de su nombre. — Don Francisco de Argañaras.
Ante mi Rodrigo Pereira Escribano.
Extraído de : Archivo Capitular Tomo 1 pag. 12-15
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